Chile vive un “segundo apagón cultural”.

Chile vive un “segundo apagón cultural”.
El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ha notificado un recorte presupuestario de 700 millones de pesos para el 2021 al Centro de Extensión Artística y Cultural, CEAC, organismo de la Universidad de Chile, al cual pertenecen la Orquesta Nacional Sinfónica, el Ballet Nacional de Chile-Banch, el Coro Sinfónico y la Camerata Vocal de la Casa de Bello.
Este acto de censura a la Cultura viene a confirmar el desprecio e ignorancia por las Artes de parte del actual gobierno, política que se inició hace 47 años en dictadura.
En términos concretos, se trata de desmantelar el alma de un país, la acción civilizatoria de la música y la expresión de la danza. Se intenta callar a los grandes creadores de la historia de la humanidad.
Es una censura directa a las obras sinfónicas que requieren elencos estables de un alto número de intérpretes. Con este recorte quedan notificados al silencio Beethoven, Mozart, Bach, Chopin, entre cientos de talentos. Volverán a vivir en el exilio del mutismo Alfonso Leng, Juan Orrego Salas, Luis Advis, Carlos Isamitt, Sylvia Soublette, entre tantos creadores nacionales y Jorge Peña Hen volverá a ser fusilado.
La danza tiene la misma sentencia con este atentado a la invalidez de los escenarios. Quedan advertidas y advertidos  Isadora Duncan, Ernst Uthoff, Martha Graham, Patricio Bunster, entre tantos creadores.
Quieren que los chilenos y las chilenas callen y dejen de cantar y bailar. Cuando el mundo se viene abajo con una pandemia y el país reclama una nueva Casa de Todos, esconden la Alegría y la Belleza de las Artes cuando más se necesitan para hoy y para construir una nueva civilización. Hacen justo lo contrario.
Un 25 de octubre de 1938 fue electo Pedro Aguirre Cerda acompañado por un  potente movimiento social junto a sus creadores, artistas e intelectuales. De esa gesta republicana nacieron hace ya 80 años la Orquesta Sinfónica, el Teatro Experimental, las escuelas de verano con Margot Loyola y Violeta Parra, las escuelas de periodismo y economía, entre otras carreras y, posteriormente, siete años después, el Ballet Nacional de Chile y el Coro Sinfónico al alero de la Universidad de Chile. Quieren borrar la historia con las sombras de la miopía de los economistas del lucro y la corrupción de la subsidiariedad.
Este 25 de octubre Chile se ganó el derecho a crear muchas orquestas sinfónicas, muchos ballets nacionales, muchos coros y más cameratas. Las voces de la Matria cantan más conciertos y los cuerpos de la Patria reclaman más danzas. La Cultura necesita más presupuesto.
El Colectivo Hoja en Blanco, conformado por creadores, artistas, educadores, otros profesionales y trabajadores, manifiesta su irrestricto apoyo a la Orquesta Nacional Sinfónica, al Ballet Nacional de Chile-Banch, al Coro Sinfónico y a la Camerata Vocal de la Universidad de Chile. Exigimos suspender el recorte anunciado por el Gobierno y propiciamos el aumento del presupuesto para que su obra llegue más lejos, al Chile profundo,  a su pueblo.
Es hora de defender la Alegría y la Belleza. Defender a la Sinfónica, al Ballet Nacional de Chile, al Coro Sinfónico y a la Camerata de la Universidad de Chile.