Vista de Valparaíso (1841). Autor: Juan Mauricio Rugendas
El libre comercio, el libre flujo de capitales, tratados de libre comercio. Conceptos que sólo adquieren sentido cuando alcanzan el sentido de lo humano. ¿A quién realmente beneficia?
El minero carga el enorme camión con materia prima. El obrero metalurgista lo refina. El camionero traslada los cátodos al puerto. El gruero hábilmente estiba el gigantesco buque de transporte. El marino cruza el océano con el mineral precioso. El negociador obtiene el mejor precio y cierra el trato. Se producen transferencias electrónicas de dinero. Al otro lado del mundo, un gruero de ojos rasgados descarga los cátodos. Un camionero lo lleva hasta la usina de ultramar. Allí los trabajadores fabrican máquinas que vuelven a atravesar el océano para que las compren los mineros, los obreros, los camioneros, los grueros y los negociadores con sus tarjetas de crédito.
 
Aquellos dueños que viven aquí, o allá, o en otra parte, hacen el arqueo de sus ganancias.