Fuente: mapuexpress.org

Vicente Painel invita a volver al útero, a la madre tierra en el sentido más universal del concepto. Y una forma de ello es conocer más de arte, combatir lo mezquino y apreciar la belleza en los materiales más nobles que nos ha regalado la pureza de la vida, la infinitud del amor inocente significada en la piedra tal como lo hace Horacio Brandi Walsen.


Preámbulo

En el debate clásico que si el arte es ornamento o representación de la verdad, muchas veces parece predominar una cierta niebla kantiana… dicho en términos muy sencillos: podemos aceptar que el arte abre los parpados de Dios, más al ser no-objetivable algo tan sideral, algo que ni siquiera cabe en la palabra algo, solo podemos abordar parcialidades, en tanto nosotros mismos somos una parcialidad inclusive, el arte es subjetivo en consecuencia; en gusto no hay nada escrito, la belleza está en los que ojos que la ven, etc… Bueno, además de afirmar que en gusto hay mucho escrito, lo cierto es que la belleza tiene su ciencia que es la Estética, y esta ciencia y o filosofía del arte al menos se aproxima a cánones de bastante coherencia histórica en las diferentes diciplinas artísticas.

…Sigue penando por supuesto la imposibilidad de objetividad, acaso la renuncia a transmitir la objetividad de lo bello. Volvamos hipotética la mirada, a riesgo de romanticismo, si aconteciese un punto del nadir y el cenit y en esa deflexión microfísica para el cosmos, estuviésemos nosotros, en un momento de tiempo, espacio y lugar, de lo óntico al locus coincidente, ¿no estaríamos en el umbral de la verdad?

…En circunstancias especiales de la vida, ocurre que una obra de arte nos traslada a intimidades decisivas, como una herida inexcusable…He ahí la posibilidad de objetividad de la Obra y la Estética, argot Nietzcheano, como ciencia jovial.

De Horacio Brandi Walsen, la obra

Schelling decía que la arquitectura es música congelada, …¿y qué es la música sino amor liquido? Gonzalo Rojas se incorpora en la mayor posibilidad de respuesta con una pregunta ¿Qué se ama cuando se ama? …por todo esto necesariamente llegamos a la indagación ¿es el escultor el que hace la escultura o más bien un liberador de la misma? Esto es, será que la obra ya está acaso en el madero o la piedra. Susan Sontag invita a conocer la obra con una erótica, es decir la obra debe conocerse con todos los sentidos, en una relación con la misma.

Horacio y su piedra

Cuando un niño regala una piedra, refiere en su psicología profunda, a un lazo de confianza enorme, la infancia la piedra da cuenta del sentido de eternidad, infinito; si estás piedras son volcánicas, es probable que la tectónica nos traslade al núcleo en movimiento del todo, la hebra cuántica perenne perdura…El contexto, ancestral Wallmapuche, condición psíquica de Wallmapu, la más plena libertad; pristinidad política y territorial… terrestre más celestial, con un manto de estrellas en noches claras, y lluvias sobre los techos como un enorme llanto, telúrico… el paisaje la Comuna de Villarrica, la Comuna de Freire; más Horacio conlleva la ruralidad inscripta en la transformación de la materia además… Recorren los taninos, y el cobre en oxido, la sangre, la tierra, los trumaos, el hierro enmarañado rizomático por la piedra, así es que si bien hay endogénica y localidad, la escala es universal y cosmopolita, hay un sello identitario pero abierto.

La obra de Horacio vierte dos líneas generales:

Sobre la línea turística agrícola-ganadera: Un vasto conjunto taurino

Horacio ha producido una enorme obra táurica, cientos de toros desfilan por su taller, casa , habitaciones, esperan ser recogidos con los múltiples fines de la raza… por supuesto que el potencial agrícola ganadero de la obra da cuenta de un afán agrarista, más la libertad de los toro de piedra dan cuenta de las perspectivas agroecológicas, se trata siempre de toros libres… por cierto están inscriptos en estas modalidades dadas por la naturaleza, las concepciones de la filosofía oriental, muy presentes en la formación de Horacio. Además, hay perros de piedra, caballos de cemento, no solo interesante, programático…

Sobre línea de pertinencia cultural

Acá nos encontramos con un conjunto lítico que, en apariencia baladí en las dificultades del arte claro, pudiese parecer replicas muy bien logradas, más cualquiera que ensaye una mirada o cierta formación o sensibilidad arcánica, comprenderá rápidamente que se trata de una originalidad extraordinaria. Los detalles de los wechecura nuevos hombres de piedra, en piedra volcánica manejan de manera delicada el magma ardiente petrificada en una forma-tica dual exacta. En singular, las piezas del inchiw, nosotros dos-; recordar que en mapuchezungun existe el dual vale decir, está el: Yo, tú, él/ Nosotros Vosotros ellos/ pero también está el nosotros dos, vosotros dos, ellos dos. Es decir, Yo Inche , Nosotros Inchin, pero Nosotros dos , Inchiw. Esta exactitud es figurada en la obra de Horacio, hay un acontecimiento.

Lo wechecura de Horacio, son un resurgir del mapuche precolombino, los pille (espíritus primordiales) parecen haberse trasladado por época centurias a las manos de Horacio para recobrar la era del Curarehue (Rehues de piedra) verdaderos Moais mapuche arrancados de sus cimientos por el imperialismo español que castigaba como romanos a hebreos revueltos, a la alzada mapuche…

Epilogo

Necesario es introducirse en la obra de Horacio para conocer más de arte, combatir lo mezquino y apreciar la belleza en los materiales más nobles que nos ha regalado la pureza de la vida, la infinitud del amor inocente significada en la piedra… En efecto, hay un mayor y aporía inmanente a todo el conjunto de piezas, las arterias con la tierra vital, su impronta de ruralidad cual umbral al bosque y al bosque dentro del bosque, finalmente nos desata una certeza y una convicción: se ama lo que se ama, porque amor es amor, y aquello nos devuelve al útero de dónde venimos, la madre tierra en el sentido más universal del concepto…