“Ahora mismo quisiera que una bandada de cvwkv se posara diariamente sobre el edificio en que sesionan los constituyentes y que nadie con la influencia fatídica de otras creencias se le ocurriera decir que dan mal agüero… “

No se vale… a mí me caen muy bien los tiuques que nosotros llamamos cvwkv, una palabra impronunciable pa’ los hispanohablantes y que transformaron en tiuque… no importa, se aprecia igual.

Me caen bien los cvwkv, porque me agrada sentir ese sonido parecido a un chillido, en medio de los vientos del invierno de acá del sur, y sus vuelos acrobáticos en medio de las ráfagas y del agua que cae copiosamente… (ahora no está lloviendo así; este año está calmado y me da temor de que bajo el suelo no se reúna lo suficiente para pasar un verano tranquilo y que las plantas domésticas se mueran por la escasez). 

Me caen bien los cvwkv, porque en el tiempo aquel en que arábamos la tierra eran hermosos sus ojos que me miraban mientras pasaban por mi costado para ir a posarse en el surco que íbamos dejando el arado, los bueyes y yo… su idea era posesionarse de las lombrices y larvas que quedaban expuestas… 

Si se llenaba el campo de marronescos cvwkv, era de alegría porque la cosecha iba a ser buena; pues la abundancia de lombrices nos habla de un suelo oxigenado y abonado por ellas, lo que es kvme newen para lo sembrado.

También porque son aparatosos en ciertas ocasiones, como todo ser viviente… hubo una ocasión en que me hallé con uno de ellos que estaba por aprender a volar… parado en medio del barbecho y yo creo que a propósito ya que se mimetizaba bastante bien… un pichón indefenso quizás era capaz de captar esa sutileza natural de los colores, para ocultarse a la posibilidad de un ataque… y él o ella sin saber volar todavía… me miraba con cara de «yo no estoy na’» y al acercarme sólo atinó a echarse de espalda con sus garras engarfiadas, emitiendo un chillido de terror… como fuera, yo lo tomé no más y cuidándome de ser pinchado o picoteado lo encaramé a las ramas bajas del boldo en que sabía estaba el nido; y no lo volví a ver, excepto en mi pensamiento, como ahora lo estoy sintiendo.

Así que no… por eso y mucho más, yo quisiera ser como los cvwkv por ratos nada más, aunque me tuviera que comer una y varias lombrices de tierra, a las que también quiero, para avisar la abundancia de las cosechas… 

Ahora mismo quisiera que una bandada de cvwkv se posara diariamente sobre el edificio en que sesionan los constituyentes y que nadie con la influencia fatídica de otras creencias se le ocurriera decir que dan mal agüero… 

A mí me gustan los peñi cvwkv y las lamgen cvwkv, porque llenan de música la copa de los árboles en que viven, por su caminar sereno, por las miradas cómplices que me han ofrecido y por sus buenos augurios… por eso y por mucho más, yo quisiera que algún día me diera siquiera pa’ un poco de cvwkv.