“Queridas/os, valiosas/os, indispensables destinatarias/os explicitas/os de este discurso. No solo estáis llamadas/os a sumaros a una opción de gobierno posible, sois llamadas/os, a definir el gobierno que tendremos los próximos años. Un gobierno que facilite el trabajo de transformación Institucional que lleva a cabo la CC, o un gobierno contrario a esos cambios, que hará todo lo posible por hacer fracasar este esfuerzo por tener una nueva y verdadera democracia, empeño ciudadano, del que ustedes han formado parte”.

Prolegómenos

 El ingeniero y académico universitario Franco Aldo Parisi Fernández, se instaló en la última elección presidencial, como un político muy relevante en la escena pública nacional.  En efecto, el 12,8% de votación que obtuvo, lo dejó en tercer lugar, desplazando por poco menos de novecientos votos al candidato de la actual coalición gobernante.

 Si bien este resultado apareció como sorpresivo, no lo es tanto,  toda vez que su anterior candidatura, el año 2013, alcanzó el 10,11% de los votos, lo que en esa oportunidad lo ubicó en el cuarto lugar, con menos del uno por ciento de diferencia respecto del tercer candidato más votado.

 Se ha dicho muchas cosas poco lisonjeras sobre su figura pública, y por cierto, su campaña liderada circunstancialmente desde el extranjero, muestra una personalidad o conducta controvertida. Sin embargo, ello, no le resta relevancia, a la estratégica posición de poder político, en que le han situado sus electores. Es un mérito del profesional devenido en político, también del Partido de la Gente y sus electores, y no es decoroso negar esa evidencia.

En el actual contexto socio político, su discurso contra izquierdas y derechas, no es una concepción peregrina. Si atisbamos más profundamente, tampoco es un argumento literal, como veremos más adelante. No se trata de estar en contra de las ideas o proyectos de izquierdas y derechas, 3 se trata más bien de, rechazar la institucionalidad y cultura política, enquistada en los poderes del Estado, lo que declara indistintamente, respecto de las orgánicas políticas, y personeros de distinto signo.

Si en la elección de mayo de 2021, nos sorprendimos por la alta votación de la Lista del Pueblo, u otras listas independientes de partidos políticos, ya no debería ser una sorpresa que el lema contra los partidos en el ejercicio del poder sea parte de la expresión popular contra el abuso institucionalizado.

La reciente votación a Franco Parisi encarnó la opción disponible, desvinculada de partidos y personalidades asociadas a un estado de cosas altamente cuestionado. Pese a los discursos políticos construidos desde las miradas desde arriba, desde abajo es posible ver que, en el triunfo del Rechazo en octubre de 2020, en la votación independiente de la Convención constituyente, y en la alta votación del Partido de la gente, hay una continuidad histórica. 9 Pese a la aparente debacle electoral, hay aun un remante fiel expresado en esa opción. Es el remanente de la esperanza.

Atisbando al asunto de fondo.

Franco Parisi en su campaña el año 2017, se presentó como un candidato dialogante. Su esperanza en los cambios la hacía residir en parlamentarios independientes de partidos políticos, diversos, orientados a resolver las demandas del electorado, la gente común y corriente. Planteó igualmente, que las soluciones a los problemas estaban en conversar con todos los sectores, incluyendo desde la UDI al PC.

Además de estos planteamientos centrales de su programa, ya entonces, había muchos otros temas que apuntaban a cambiar el rumbo de la institucionalidad. Aquella institucionalidad del poder político y económico establecido, que asfixia con abusos la vida de la gente común. Algunos de sus planteamientos eran los siguientes:

Elección de una Asamblea Constituyente.
Eliminación del binominal (todavía existía).
Cambios a la estructura tributaria, para que las grandes empresas y riquezas paguen impuestos.
Eliminación del FUT.
Mejorar el ingreso mínimo.
Mejorar las pensiones básicas.
Retiros de fondos de pensiones anticipados, en modalidad de préstamo de bajo interés.
Terminar con la auto prestación de servicios de Clínicas, a Isapres de un mismo dueño.
Gratuidad en Universidades estatales.
Políticas de protección a la prensa independiente y regional con avisaje estatal.
Políticas de fronteras libres con los países vecinos.

Esta vez (2021), su programa fue la plataforma de un partido político, ya no es una aventura personal. El Partido de la Gente (PDG) presentó candidaturas en las cuatro elecciones, y tuvo resultados exitosos. ¿Cuál es el programa detrás de Parisi y el Partido de la gente? ¿Cuál es su ideología? Revisemos algunos de sus aspectos.

Dice en su programa el PDG, “la persona humana es el centro del quehacer social” (pág. 10) y su objetivo es conquistar “aquella esquiva y verdadera democracia que por más de 200 años de vida independiente nos  ha sido arrebatada” (pág.10). Proponen una democracia representativa, pero también “participativa” (pág. 22), la que prometen hacer verdadera con una “democracia digital” vinculante (pág. 14, 17 a 22). 7 Como no recordar en estos planteamientos, la discusión en el seno de la Convención Constitucional (CC), sobre lo que significa el concepto de República para distintos sectores, o la propuesta de esta, de implementar los Plebiscitos dirimentes. Esta ideología o principios, acercan naturalmente al PDG, a aquellos sectores que buscan denodadamente, cambiar la institucionalidad, los que son amplia mayoría en la CC.

Se plantea también un concepto de “poder soberano” “efectivo”. Este debe residir en “la gente” (pág.  18). Es un tema desarrollado incisivamente entre las páginas trece y dieciocho. Según el texto, “la gente” es “el pueblo”, “la ciudadanía” (pág. 13). Para el PDG, esto ya no es una utopía, la tecnología permite consultar a “la gente”, o “el pueblo” cuantas veces se necesite. Hay una confianza  Rousseauniana en “la gente”, ya que declara que toda ella anhela el bien común (pág. 16). Es indudable que, ese “todos”, se refiere a la gran mayoría. Debemos entender que el discurso excluye a los “grupos económicos inescrupulosos dispuestos a comprar voluntades” (pág. 17), quienes se han beneficiado exclusivamente, de administrar el país para su propio bien privado a expensas del “bien común”. Vuelve a presentarse aquí con vehemencia, una clara identificación con muchos de los postulados espontáneos de “la gente” en el “estallido social”, y con la amplia mayoría que voto Apruebo en el plebiscito de 2020.

Para resumir, debemos decir que hay varios otros temas fundamentales en el programa de Gobierno del PDG, que alejan inexorablemente a esta tienda política, de quienes no buscan cambiar la actual institucionalidad, y que por el contrario, se aferran a la constitución de 1980, y pretenden desandar el camino de reformas y avances democráticos, que aunque insuficientes, nos alejaron de las normas de la tiranía, que tanto daño hicieron a “la gente de Chile” hace menos de cincuenta años, y cuyos protagonistas, pretenden seguir gobernado. Algunas medidas son:

Democracia verdadera.
Bajar impuestos a los pobres y clase media.
Beneficios tributarios a pequeñas empresas.
Terminar con exenciones de impuestos a grandes empresas.
Aplicación del Royalty minero sobre las ventas.
Fin a la corrupción.
Transparencia.
Limitar y rebajar remuneración de las autoridades.
Descentralización administrativa.
Industrialización pública o privada.
Democratizar los medios de comunicación.
Igualdad.
Equidad de género.
Mujeres al mando del 80% y 85% de cargos directivos de entidades del Estado.
Sustentabilidad.
Gestión ambiental regional.
Medio ambiente seguro.
Respeto del medio ambiente.
Garantía de vivienda como un bien básico, no bien de consumo, o de mercado.
Educación cívica y sexual desde cuarto básico en escuelas.
Treinta y cinco estudiantes por aula como máximo.
Medidas de protección a docentes.
Salud preventiva, mejorando atención primaria.
Control de aranceles de Isapres con el 7% de cotización.
Integración vertical de la industria de la salud, fortaleciendo el Fonasa.
Distribución gratuita de la pastilla del día después en los Cesfam.

Exhortación

Quienes votaron por este programa, así como quienes lo suscriben como miembros del PDG, y con mayor razón Franco Parisi, a la sazón líder de este movimiento, tienen hoy la gran responsabilidad de ser leales a los principios y programa que han expuesto. Por cierto, no resulta indiferente, que un sector político determinado, cuyos postulados son públicos y conocidos, se abstenga de manifestar en las urnas el apoyo a las ideas que ha suscrito y promovido, o peor aún, manifestar ante una elección presidencial, su opción por aquella candidatura, que resulta ser opuesta, a sus más caros principios.

Queridas/os, valiosas/os, indispensables destinatarias/os explicitas/os de este discurso. No solo estáis llamadas/os a sumaros a una opción de gobierno posible, sois llamadas/os, a definir el gobierno que tendremos los próximos años. Un gobierno que facilite el trabajo de transformación Institucional que lleva a cabo la CC, o un gobierno contrario a esos cambios, que hará todo lo posible por hacer fracasar este esfuerzo por tener una nueva y verdadera democracia, empeño ciudadano, del que ustedes han formado parte.

Gabriel Boric, el otrora candidato del Frente amplio y de Apruebo dignidad, hoy es también el candidato de todas las otras fuerzas políticas, que con mayor o menor fuerza están representadas en la CC, y que trabajan con ahínco por escribir una nueva constitución. Estáis invitados a sumaros, por los principios de vuestra propia organización, a esa gran mayoría del setenta y ocho por ciento, que son la gente, las personas, el pueblo, la ciudadanía cansada de los históricos abusos. Votar en segunda vuelta por Gabriel Boric, no es votar por un partido determinado, es ser parte de una mayoría que mantiene su voluntad, de respaldar a la CC, para lograr los cambios necesarios para el bien común. Vosotros ya sois parte del congreso, y con voluntad y diálogo, con vuestra iniciativa y votos, y en contra de agoreros y pitonisas, podéis proponeros aprobar los plebiscitos dirimentes, para que “la gente” sea la que se pronuncie, la que decida soberanamente la constitución que necesita.

¿Segregaremos al PDG por algún motivo?

¿Excluiremos a su líder, por las consabidas causas pendientes?

Si, hablo a quién tenga oídos, para oír.

Hoy es hora de cambiar de conducta.
¿Quién tiene autoridad moral?
Somos testigos de la aplicación de la guillotina de lo políticamente correcto.
¿Pero, ha sido lo correcto?
Lo sería, si fuese habitual. Si no hubiese doble estándar.
La exhortación, no es solo para votar por principios.
La exhortación es también para cambiar las prácticas, para enmendar.
No enmendamos, cuando destruimos, o cuando nos destruyen.
La invitación es a hacer lo correcto. No, lo políticamente correcto.
Invitación a enmendar, a cambiar, a pagar, a sanar, a aceptar, a sumar, sumar, sumar.