“Los inversionistas antes tan interesados en Chile, ahora buscan otros horizontes dado que aquí el escenario se ve más incierto y los fondos podrían no rentar lo que se les exige… En esta parte es donde debiera entrar un aspecto que hoy no veo presente y a mi modo de ver se llama Ética.

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Chile, la mejor economía de Latinoamérica, la que ha hecho cambios más importantes en sus indicadores en los últimos 35 años, relacionados con crecimiento, PIB, inversión extranjera, apertura de mercados, reducción de la pobreza, está ahora pensando en modificar el modelo, corregirlo, alterarlo, ¿por qué? ¿Qué pasa que la mayoría de la gente parece desear hacer algo así? ¿Hemos perdido la razón? Algunos de los líderes de toda esta época de oro, de los 90-2010, como se la ha llamado, han incluso renegado de su éxito, se han sentido avergonzados de lo logrado, en vez de defender ese período, reniegan lo realizado.

Algunas cifras obtenidas del Banco Mundial grafican lo anteriormente expuesto, el PIB de Chile al año 1960 era de US$ 4, 1 Billón (miles de millones) en 2020 este mismo índice alcanzó los US$ 270 billones, expresado en dólares del año 2020. El PIB/cápita a su vez varió desde los US$ 505 en el año 1960 a los US$ 13.232 en el año 2020, la población chilena varió en el mismo período desde 8,1 millón en 1960 a 19,2 millón en 2020.

Estos resultados es lo que nos ha puesto en el primer lugar de la clase en el contexto latinoamericano. Sin embargo, algo ocurre que estos vientos de cambio se mantienen y toman fuerza. Por tanto, es obvio plantear que en el fondo de estas posibles decisiones hay aspectos que resultan un poco más complejos. A mi modo de ver, ellas están muy relacionadas con las expectativas generadas por la gente en los cambios que iba a traer el progreso y la falta de decisión o consecuencia al momento de votar leyes, aprobar presupuestos y lograr poner los recursos al lado de los discursos. Se lograron muchos avances, indiscutible aquello, pero al cabo de este tiempo se esperaba un mejor resultado, hay variables humanas de felicidad y bienestar que queríamos como población y que no se cumplieron.

Chile es entre todo, un país ordenado, hemos hecho estudios y diagnósticos en muchas ocasiones, se han pagado miles de horas de consultores que proponen buenas ideas y hacen sólidas recomendaciones para los más complejos problemas, salud, educación, pensiones, sin embargo, cuando incluso las iniciativas a realizar ya eran parte de los programas de gobierno, acompañados de promesas e ilusiones, a pesar de eso, se quedaron atrapados en años de trámites, aprobaciones y asignaciones presupuestarias que terminaron demorando la iniciativa por años o incluso sin hacerse.

Este es parte importante del problema, por tanto, ahora el sistema económico se derrumba, no tanto porque el sistema de mercado sea malo, puede ser corregido y funcionar bien, el problema es que prometimos y no se cumplió y mucha gente, la mayoría, ha esperado en el borde de la pobreza a alcanzar sueños de toda una vida, la casa propia, la pensión digna, la salud de calidad y se hacen viejos, el cambio no llega. Sus hijos ya están desilusionados, han crecido escuchando la esperanza de sus padres, ven que lo único que llega para ellos son las canas y las arrugas, pero se mantiene esa necesidad diaria de trabajar, pagar cuentas, créditos, más deudas, menos libertades y lo que finalmente iba a llegar, sigue demorado, a pesar de las innumerables promesas.

Esa demora se puede fácilmente confundir con desidia del Estado, olvido, postergación, esto es en gran parte la rabia que se expresa y que lleva a que la gente proteste, busque alternativas, busque modelos de desarrollo distintos que pueden ser más rápidos y más justos en lograr un correlato adecuado entre esfuerzo y logro. Esta es una de las máximas más evidentes de un sistema capitalista, el sueño americano, esa es la promesa, a fin de cuentas. Te esfuerzas y lo logras. El pueblo es muy pragmático en el siglo 21, no es el momento de las grandes utopías de los años 60.

Entonces, dada la inestabilidad política que ahora se genera por las protestas, se sigue moviendo el tablero y ahora viene el momento de que los capitales buscan otros horizontes. La fuga de capitales en Chile este año 2021 han sido más de US$ 50.000 millones, la más alta en 10 años, las empresas retiran dividendos, pagan a sus accionistas para que hagan lo que deseen con su dinero. Este retiro de dinero de las compañías compromete inversiones que se podrían hacer en 2022, no habrá liquidez para hacer inversiones, lo que tendrá efectos en el empleo futuro y crecimiento.

Los inversionistas antes tan interesados en Chile ahora buscan otros horizontes dado que aquí el escenario se ve más incierto y los fondos podrían no rentar lo que se les exige… En esta parte es donde debiera entrar un aspecto que hoy no veo presente y a mi modo de ver se llama Ética.

Hay una diferencia entre un coto de caza comercial (mercado) y un País, ambos ocupan un territorio, en ambos se pueden cazar rentas, se puede comparar un mercado versus otro, cual es mejor y más rentable. Pero cuando un inversionista ve un País, desde mi perspectiva debiera ver también su gente, debiera ver los recursos y los años que le han sido útiles para él y sus empresas hacer el capital que ahora desea proteger, no es algo que debiera ser tan fácil de simplemente mover, no estoy hablando de regulaciones sino de principios. Hay algo en Chile, origen de su capital, que permitió que obtuviera esa ganancia que ahora lo coloca en una posición preferente, ¿no debiera simplemente pensar en que es posible retribuir? ¿apoyar en los tiempos difíciles? “El mercado es cruel”, expresaba el expresidente Aylwin en una de sus muy sentidas declaraciones durante sus años de presidente 1990-1994.

La ética de un empresario lo debe llevar a reflexionar como puede ayudar a su País en momentos difíciles, y de ser necesario pagar más impuestos de modo de devolver en parte lo que el país como la suma de territorios, cultura, recursos, oportunidades, además de su gente, fueron capaces de ayudar, para que él con su inteligencia lo ayudara a surgir.

El ser empresario es una actividad muy apasionante y noble, todos somos empresarios, a fin de cuentas, dado que el acometer una empresa es generar y seguir una idea e implementarla hasta el final. Algunos empresarios pueden ser más exitosos que otros, dado que son más perseverantes, tienen más suerte o son más audaces y han sido capaces de implementar ideas antes que su competencia. Es muy necesario tener empresarios exitosos y muchos de ellos, de eso no hay duda. Es obvio que también hay límites y sin duda que la autoridad debe poder controlar que no se sobrepasen, especialmente en acciones anticompetitivas que desgraciadamente se hacen, están pueden llevar a un enriquecimiento ilícito y que destruye a quienes se esfuerzan en hacer las cosas bien. Son las reglas del juego y se deben respetar.

Hoy Chile está en un momento de decisión, es un punto de inflexión probablemente, donde se busca hacer cambios para corregir, puede ser para algunos, modificar el modelo para otros, cambiar la manera de enfrentar los problemas. Aparte de eso se necesita hacer a nuestra sociedad más humana, más empática, más solidaria, que entregue dignidad y respete a su gente, que defienda de los abusos a sus habitantes, recupere su hábitat y medioambiente y entregue lo mejor para el progreso integral de las personas, especialmente a los niños, pero que estos no sean conceptos vacíos, sino que deben estar llenos de intención, acciones y recursos económicos. Para eso nuestro país nos necesita a todos.

Cada día somos millones los que nos levantamos para hacer honradamente el mejor esfuerzo para mejorar y ayudar con esta actitud a que este País sea mejor, más grande y exitoso, para eso nos levantamos y para eso se trabaja todos los días.