Por Ignacio Juárez Picón

La adaptación del libro de Sally Rooney, Conversaciones entre amigos (Conversation with Friends), realizada por Hulu (Estados Unidos) y la BBC (Reino Unido), transcurre en la ciudad de Dublín. En esta serie, la ciudad se muestra tranquila, apacible y sin grandes multitudes de personas, a diferencia de lo que pueda parecer una ciudad global como Londres.

Al igual que la ciudad, la trama de los personajes no presenta mayores sobresaltos. Frances (Alison Oliver) y Bobbi (Sasha Lane), dos estudiantes universitarias conocen a una pareja mayor, Melissa (Jemima Kirke), una escritora y Nick (Joe Alwyn), un actor. De esta amistad, Frances y Nick comienzan a tener una relación en secreto. Lo interesante de esta serie es que no solo se centra en la historia de amor entre estos amantes, sino que también en cómo las personalidades de ambos provocan y resuelven los conflictos que esta situación genera en sus cercanos.

Tanto Nick como Frances presentan una personalidad introvertida y reservada que, en el caso de Frances, genera desacuerdos con su amiga Bobbi, que expresa sus sentimientos, preocupaciones y disconformidades con total libertad. Esto hace preguntarse si entre estos dos personajes puede existir un equilibrio que les permita una sana convivencia entre ellas. Por otra parte, Nick, que es tan reservado como Frances, lucha contra sus propios problemas en los que Melissa ha sido un apoyo fundamental para este. Sin embargo, esta relación tampoco está exenta de problemas. Por otra parte, esta similitud entre Frances y Nick, que los hace entenderse entre ellos, también les genera incertidumbre en su propia relación.

Para el espectador, lo interesante de la serie es saber cómo se resuelven estos conflictos entre los personajes y especular qué acontecerá con la relación de Nick y Frances: ¿lograrán terminar juntos o solo será algo temporal?, ¿estas preguntas tendrán respuestas muy simples para algo tan complejo como las relaciones humanas?

La serie es rápida y fácil de ver, ya que sus doce capítulos no superan los 30 minutos cada uno, destacando la belleza de los paisajes de Dublín, especialmente cuando el tren atraviesa las tierras irlandesas llevando a la protagonista por esos parajes de tan especiales.