Agradecemos a las personas cuya gestión permitieron la publicación de este texto, el cual fue presentado por su autor – gran abogado y economista vinculado patrióticamente al Comité de Defensa del Cobre desde sus inicios  – el pasado 7 de mayo en el encuentro con organizaciones sociales realizado en la Sala Froemel de la Universidad de Santiago. Esta instancia tuvo como objetivo conformar un gran Frente Social para la recuperación soberana del Cobre, del litio y demás riquezas básicas, que hagan posible financiar los cambios sociales que el país con toda justicia ha reclamado por décadas.

Chile es el país con mayor producción de cobre en el mundo. Sin embargo, la riqueza que genera no es la que se obtiene por los concentrados que exporta, sino la  del cobre que funden y refinan los países que lo importan. ¿Entonces por qué no se refina en Chile? La respuesta es que existen fundiciones, pero estas no tienen la capacidad para refinar los diez o más millones de toneladas de concentrados de cobre que se producen en Chile, a lo que debemos agregar que en nuestro país  no existe una verdadera política económica para mejor aprovechamiento y protección de nuestros recursos naturales, y entre ellos el más importante económicamente, nuestro cobre. Se ha seguido una política extractivista, donde prima una extracción irracional de este y otros recursos no renovables sin mayor preocupación por las actividades de reemplazo o la atenuación de los impactos, mediante procesos más eficientes, sostenibles y no contaminantes como el manejo de los relaves y promoción de políticas medioambientales orientadas a procesos industriales que otorguen mayor valor agregado al producto.

De este modo, se observa como en el concentrado exportado. junto con el cobre va una cantidad superior a 30 metales y tierras raras que obtienen y valorizan en el mercado mundial los países importadores que completan la refinación.

Tres metales nobles, oro, plata y platino, a valores de mercado como producto fino de 303, mil millones de dólares  acaparan el 97% del valor total de la cartera de subproductos que se embarcan durante todo un año.

Según la estadística oficial, la producción de cobre de Chile es de 5,7 millones de toneladas métricas de fino, lo que equivale a una cantidad de exportación de concentrados de 12,2 millones de toneladas. Eso no aparece en las estadísticas oficiales, por lo que declaramos que esta práctica oculta una subfacturación o falsa información de una realidad que el Pueblo de Chile no conoce. Según las estadísticas oficiales, los envíos en 2021 alcanzaron una cifra record de 53.424 millones de dólares. Los subproductos procesados por la refinería Aurubis de Hamburgo para el ejercicio 2019-2020 representaron 92,5% del valor total de los concentrados. Si aplicamos esa proporción a la cifra ya citada de 53,424 millones de dólares, es decir tomando en cuenta los subproductos, deberíamos haber  alcanzado una cifra de envíos equivalente a 102,8 mil millones de dólares, debido a que los precios de esos acompañantes de nuestro principal recurso natural no renovable son definitivamente mucho más altos que el cobre mismo.

Quien posee las refinerías y fundiciones controla el precio del cobre electrolítico, pues fija las condiciones del contrato en virtud del que se transa el metal. Chile sólo puede solicitar a quienes refinan que fije una tarifa de fusión y refinación que sea competitiva. Este es un caso de dependencia absoluta. Quien refina decide el plazo del pago y por tanto de las cotizaciones que se tomaran en cuenta en la transacción; fija la fecha del barco que transporta, en definitiva, capta el precio mundial.

Al importador del sudeste asiático, principal lugar de destino, le interesa que su gobierno le asegure que no habrá desabastecimiento de cobre refinado, oro platino, tierras raras etcétera para la fabricación de automóviles, baterías, celulares, bobinados, rotores de cobre de motores eléctricos o cableado de alta tensión.

Las exportaciones de carbonato de litio de la Sociedad Química y Minera de Chile SQM, hoy en manos de privados, siguen la misma regla. La minera chilena SQM, invertirá US$700 millones conjuntamente con la australiana Westfarmers, que aportará otros 700 millones en el proyecto de litio Mt. Holland. La Comisión del Mercado Financiero de Chile recibió la documentación y SQM el visto bueno de sus accionistas para recaudar hasta 1.100 millones de dólares mediante la emisión de 22,4 millones de acciones para financiar sus planes de expansión en Chile y Australia, pero las empresas que transforman la materia prima se establecerán en Australia.

A pesar de que Aduanas posee los laboratorios químicos necesarios, no informa acerca de los subproductos contenidos en el concentrado que se exporta. Dada la cantidad de minerales valiosos y estratégicos que conllevan los subproductos, es un tema de corrupta negligencia que debe ser esclarecido para recuperar una parte sustantiva de una riqueza no renovable y por otra, para materializar proyectos importantes de infraestructura.

La geología de los minerales de cobre en Chile indica que son principalmente pórfidos cupríferos que generan sistemas de cobre-molibdeno-oro-plata de la misma naturaleza en todas las minas. Por ello, con toda propiedad puede establecerse que cualquiera exportación de concentrados de cobre, contendrá indefectiblemente molibdeno, oro y demás metales en la misma proporción, ya que las plantas concentradoras usan el mismo principio para extraer el concentrado. Informes de la  CEPAL, revelan que los concentrados exportados desde Chile contienen alrededor de 2 gramos de oro por tonelada métrica y aproximadamente 98 gramos de plata por tonelada métrica.

Una sugerencia recurrente por su precio y cantidad, que se ha detectado en los concentrados, es el control del molibdeno, así como de renio. El renio se obtiene mediante procesos de limpieza y tratamiento de concentrados de molibdeno. El precio de la sal de renio es de US $2.000 Kg/sal  y el precio del molibdeno es de US $46,50 kg.

El conjunto de más de 30 subproductos entre ellos oro, plata, molibdeno, tierras raras, etcétera, sale de Chile como parte del concentrado sin pago alguno.

Cálculos estimativos, en base a estudios de laboratorios en los países de extracción y comercialización del metal, cifran lo sub facturado, es decir los impagos en aduana, en 60 mil millones de dólares (datos emanados del Consejo Minero). Esto es 67% del presupuesto nacional anual – según un precio promedio de la época de US $2,5 y US $3 la libra (años 2014-2015).

China y Japón son los principales productores de cobre de fundición del mundo, con 39,7% y 9,3% respectivamente. Chile siendo el mayor productor de concentrados de cobre del mundo se encuentra en una tercera posición de cobre de fundición con un 6,6%. China figura como la principal productora de molibdeno sin ser territorio originario de éste, precisamente porque es el destino mayor de los concentrados de Chile, recuperando el molibdeno y otros metales en sus plantas de flotación.

Con esto queda refrendado una vez más, que el negocio de los compradores de cobre no está en el mineral mismo sino en la apropiación de los concentrados. De hecho, el valor del concentrado de cobre representa solo un 7,9% del valor de los “subproductos”, queda patente así la necesidad de incluir en la cadena de valor de nuestra producción minera la fundición-refinación.

En 1990 la cifra de concentrados se limitaba a 12,4%. Sin un cambio en la política es muy posible que en 2035 la exportación de concentrados aumente con los efectos de un negocio minero negativo tanto en el cambio climático como en la baja sistemática de tributación al fisco. Es decir, cada vez Chile dependerá más de otros países para fundir y refinar sus concentrados, si no se toman medidas de acabado para refinar con un aprovechamiento de 100% de los subproductos que hasta ahora salen sin fiscalización. Por esta razón en el cálculo de la regalía estatal vigente para las mineras privadas (royalty) deben incluirse los subproductos como sustancia mineral que debe tributar, así como el cobre que contiene el concentrado que se exporta.

Es el momento de hacerse cargo de la integración de esta actividad fundamental en la economía del país para lo cual existe la posibilidad legal de decretar el estanco del cobre. El presidente de la República, por razones extraordinarias, puede controlar legalmente la prohibición de exportar los concentrados. El Primer Mandatario de la República está facultado para ello por DL. 1.349 de 1976, que fija el estatuto orgánico de Cochilco y en la ley 16.624 que define la Gran Minería del cobre.

Considerando los tiempos de guerra e intenciones de precaución de la población, los minerales subirán de precios, entre otros: hierro, óxido de silicio, plomo, uranio, antimonio, azufre, cromo, cobalto, mercurio, molibdeno, rodio, paladio, plata, oro, teluro, además las tierras raras. Estas proyecciones son determinantes para llevar adelante con urgencia,  la instalación de plantas de refinación. En 2014 Codelco firmó un contrato con la empresa coreana LS-Nikko para la construcción de una planta recuperadora de metales que opera desde 2016 en Mejillones. Procesa los barros anódicos que se generan en Ventanas y otras divisiones de Codelco. Actualmente existen 5 fundiciones, Chuquicamata, Potrerillos, Paipote, Ventanas, y Caletones y tres refinerías Chuqui, Potrerillos y Ventanas, las que completan la capacidad instalada en Chile, donde el principal impulsor ha sido la estatal Codelco. Alto Norte (desarrollada por Refimet y actualmente propiedad de Xstrata) y Chagres (propiedad de Anglo American), no refinan en Chile metales valiosos, en consecuencia, los exportan en forma de concentrados de metales valiosos y PGM.

La comercialización de una de las sustancias minerales contenidas en el no pago de los subproductos es el oro, metal con un valor en alza, cuya venta aparece ligada a las políticas de los Bancos Centrales que, ante las incertidumbres de los pagos internacionales y las presiones inflacionarias, ya sea de demanda o de oferta, buscan una nueva referencia de reserva alternativa al dólar. Ante la incertidumbre, los Bancos Centrales incrementan sus reservas en oro como depósitos de valor.

Los subproductos justifican la expansión en refinerías en Chile y plantas de flotación para molibdeno que se exporta como salmuera. El costo de ellas se paga con menos de un año de producción y recuperación. El tema preocupa por sus consecuencias en las cuentas externas de los países, así como la credibilidad en las relaciones comerciales. Si este fraude continúa, llegará a proporciones incalculables cuando el precio del cobre en los mercados internacionales se transe entre US $5 y US $5,50 la libra según las estimaciones de Goldman Sachs.

El rol de CODELCO debe ser restablecido y extendido según los principios que animaron su fundación. Desde la nacionalización en 1971, Codelco ha aportado en 50 años US $122 mil millones (en precio dólar de 2021). En los últimos 20 años ese aporte asciende a US $84 mil millones, que equivalen a 11% de los ingresos fiscales totales. Según estadísticas oficiales, es decir sin considerar los subproductos y, considerando una producción total de 5,58 millones de toneladas métricas de fino, CODELCO aporta 1,72 millones de toneladas métricas y el resto corresponde a las transnacionales mineras con 3,95 millones. Ahora bien, para ese mismo año con un precio promedio de la libra de US $4,23 y un costo C3 (cash costs + depreciaciones + intereses + costos indirectos) de US $2,15 Codelco obtuvo un resultado financiero de US $7.902 millones. Este patrimonio nacional debe ser preservado y desarrollado, por lo que estimamos que las condiciones están dadas para que el Estado tome en sus manos el desarrollo de la industria minera. CODELCO tiene la posibilidad de participar en la cadena de valor del mineral agregando complejidad a su producción en segmentos tales como la fundición y refinación en Chile, sumándole la inteligencia artificial, la robótica y en general la tecnología, agregándose a ella en joint-ventures con los partícipes en investigación, ingeniería, transporte, seguros y finanzas.

Codelco forma parte del Consejo Minero y como tal, es el momento de que retome la inspiración inicial que animó su fundación, reconociendo que desde el gobierno Aylwin, Codelco fue paulatinamente transformándose en un eslabón en la cadena de producción de las transnacionales que operan en Chile a través del Consejo Minero.

Conclusiones:
1. El legado del presidente Allende aún se encuentra en la Constitución de 1980 cuando dice que “el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de las minas”. Se respetó así la voluntad unánime del Congreso de la República que en 1971 votó por aprobar la nacionalización del cobre. Sin embargo, durante la dictadura se dictó la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras (LOCCM, 21 enero de 1982) que, siendo una ley subordinada y de menor rango que la Constitución, neutralizó la voluntad expresada en el texto constitucional de 1971 que se mantenía en el de 1980. Esta arbitrariedad inconstitucional, propia de la dictadura continúa vigente hasta el día de hoy, y por tanto debe ser derogada en la Convención Constitucional.

2. La subfacturación, o no pago de los subproductos del concentrado del cobre, práctica no controlada por las autoridades de Impuestos Internos y Aduanas debe terminar. Estas instituciones deben ser intervenidas para restablecer así la Soberanía del Estado de Chile sobre los recursos naturales de su territorio.

3. CODELCO junto a empresas mineras estatales de Argentina, Bolivia y Perú deben revertir una política entreguista y formar un complejo estatal minero para el Cono Sur, capaz de participar en la cadena de valor de la industria a nivel internacional, fundiendo, refinando y manufacturando en uno de los territorios de mayor riqueza minera del mundo, en fin, para imponer una política de precios acorde con los intereses nacionales.

4. Esta política sólo podrá realizarse mediante la recuperación del subsuelo minero mediante la nacionalización de las empresas transnacionales, una nueva política de concesiones capaz de restablecer la soberanía sobre una de las principales riquezas materiales de Chile. Conjuntamente con ello, al igual que el litio, el cobre deberá ser declarado mineral no concesible. Esto significa que cualquiera concesión tendrá que ser objeto, en el futuro cercano, de un contrato de operaciones especiales (CEO). Las nuevas regulaciones se traducirán en concesiones a título definido. De la misma manera, junto con recuperar las bases del comercio internacional del mineral, ello nos permitirá realizar una política medioambiental siguiendo normas vigentes en la producción minera de los países industrializados, implementando tecnologías que busquen la eficiencia energética y la ecoeficiencia.

5. La indemnización por la nacionalización, (al igual que en la Disposición Transitoria n° 17 de la Constitución de 1925, refrendada en la Disposición Transitoria n°3 de la Constitución de 1980), seguirá la regla del valor libro. Así “el monto de la indemnización o indemnizaciones, según los casos, podrá determinarse sobre la base del costo original de dichos bienes, deducidas las amortizaciones, depreciaciones, castigos y desvalorización por obsolescencia. También podrá deducirse del monto de la indemnización el todo o parte de las rentabilidades excesivas que hubieren obtenido las empresas nacionalizadas. La indemnización será pagada en dinero, a menos que el afectado acepte otra clase de pago, en un plazo no superior a treinta años y en las condiciones que la ley determine”.Esta disposición se basa en el valor libro – noción utilizada en la época de la nacionalización de 1971 – y que se encuentra, además, definida en la llamada IFRS (International Reporting Financial Standard, 2009) actualmente en vigencia y que unifica el tratamiento y la información financiera mundial. Su importancia es que el procedimiento en el caso de la nacionalización será reconocido en forma estandarizada en cualquier país.

6. El 11 de abril se declaró en la Convención Constitucional que Chile es un Estado Social y Democrático de Derechos, lo que significa, entre otras condiciones de importancia innegable, que los Bienes Públicos tales como la Educación, la Vivienda, la Salud, salarios, remuneraciones y jubilaciones dignas, uso del agua, entre otros, constituyen una prioridad fundamental del Estado de Chile que, de ahora en adelante, deberá respetar, impulsar y financiar como conjunto de políticas públicas. Por ello, su exigencia es tarea de un amplio Frente Social donde se integren en toda la vastedad de nuestro Pueblo, hombres y mujeres de profesiones y trabajos diversos, estudiantes, etnias y culturas presentes en todos los habitantes de nuestro territorio, reunidos bajo la patriótica bandera de recuperar sus riquezas.

7. ¿Dónde están los recursos para financiar esas políticas? La respuesta es simple. Se encuentran en las riquezas naturales de nuestro territorio y de manera central en el cobre. Por tanto, declaramos en el presente, ante Chile y el mundo nuestra voluntad de recuperar esta riqueza y que ello sea nuestro legado para las generaciones futuras.