A la Orquesta Sinfónica le recortaron 700 millones de pesos del presupuesto de 2021. La imagen corresponde al estreno de la obra “Tierra Sagrada”. del primer fagot Nelson Vinot. Un símbolo de la creatividad y compromiso de la Universidad de Chile, hoy amenazada con su reducción presupuestaria.

La afirmación de que en Chile existe “un segundo apagón cultural” ha creado controversias. Hay quienes defienden que en el país nunca existió,  siquiera en dictadura. El argumento contrario pone como argumento principal “que siempre hubo y hay una actividad cultural creciente en el país”. Es cierto, porque en las horas más oscuras hubo quienes sostuvieron a sangre y fuego el derecho a cantar, a repartir poesía en las calles y a celebrar  el Primero de Mayo con funciones gratuitas en los teatros. No obstante, quedó en el inconsciente colectivo el sombrío designio de la cultura ninguneada: “el apagón cultural”. El periodista y escritor Felipe De la Parra Vial interpela a la lectoría, solo con preguntas, a esa penumbra atávica que pervive hasta los días actuales. 

Me han preguntádico varias persónicas
Si peligrósicas para las másicas
Son las canciónicas agitadóricas
Ay, qué pregúntica más infantílica!
Sólo un piñúflico la formulárica
Pa mis adéntricos yo comentárica.

Violeta Parra

¿Quién defiende las políticas culturales que pauperizan a los miles de artistas y trabajadores de las Artes y la Cultura?

¿Por qué existe “una trenza” que defiende el sistema concursable de postulaciones a financiamiento de la labor de la cultura, que más bien se parece a una financiera?

¿Por qué las organizaciones de los trabajadores de la Cultura no puedan elegir sus propios caminos y sus protagonistas?

¿Por qué hay “asignaciones directas” de miles de millones y no existe la gratuidad universal de los espectáculos financiados por el Estado?

¿Hay censura política cuando se persigue a Lastesis por Carabineros que amenaza con querellas en las cortes?

¿O Carabineros de Chile ya se olvidó de la querella en contra de Mon Lafferte?

¿Qué se siente que la No-Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio relegue al sector como un bien “no prescindible” para la vida de un pueblo en plena pandemia?

¿Qué harán la Orquesta Sinfónica, el Ballet Nacional y el Teatro Nacional Chileno si los acorralan con presupuestos exiguos para que hagan desaparecer a los grandes autores de la historia del arte?

¿Por qué nunca se ganó un Fondart la dramaturga Isidora Aguirre, autora de “La Pérgola de las flores?, de “Los que van quedando en el camino”, entre una cincuentena de obras claves de la historia del teatro chileno? ¿Sus propuestas no marcaban 100 por ciento por no comprobar profesión?

¿Por qué quedan afuera de los concursos los elencos con obras del teatro social chileno?

¿Por qué se han ido eliminando las Escuelas de Rock?

¿Cuántas obras artísticas ha realizado el Departamento de Arte “Nemesio Antúnez” del Ministerio de Obras Públicas, instalado con decreto?

¿Exista censura en Chile hoy cuando se expulsa en las últimas semanas a una escritora y periodista colombiana por poseer literatura de carácter “terrorista” por los escritos de Pedro Lemebel, entre otros?

¿Cuáles son los planes de ayuda a las micros, pequeñas y medianas empresas de las industrias culturales: las editoriales, las librerías, los sellos musicales, los grupos musicales, los teatros independientes, los circos, las academias del cultura tradicional popular, a las galerías de artes visuales, entres tantas?

¿Alguien irá a prender la luz en esta oscuridad neoliberal cuando con solo el 0,3 por ciento que se le asigna a la cultura en el erario nacional del Producto Interno Bruto, cuando sus industrias artísticas producen más del 2 por ciento del PIB?

¿Quién oscurece a la Defensoría de la Niñez por su canción que usaba la metáfora de los jóvenes que saltaban los torniquetes?

¿Existe una censura oblicua cuando en la televisión la cultura se relega principalmente a programas de viajes y gastronomía para cumplir el porcentaje obligado?

¿Por qué no existen previsión y salud, pensiones de gracia, aseguradas para los artistas?

¿Estamos viviendo un “segundo apagón cultural”?

¿Será la hora que “los populáricos” escriban una nueva “Constitucionática” y dejemos de ser “piñúflicos”, como nos preguntaba Violeta?